¿Cuál es el precio del tratamiento para las várices?

El precio del tratamiento para las várices puede variar dependiendo del tipo de tratamiento que se elija y de la gravedad de las venas varicosas. Uno de los tratamientos más comunes para las várices es la escleroterapia, que consiste en la inyección de una solución química en las venas afectadas para cerrarlas y hacer que desaparezcan. El precio de este tratamiento puede oscilar entre los 300 y los 500 euros por sesión.

Es importante tener en cuenta que el número de sesiones necesarias puede variar de una persona a otra, dependiendo del tamaño y la cantidad de venas varicosas. En general, se recomienda realizar entre 1 y 3 sesiones para obtener resultados completos. Además, es posible que se requiera el uso de medias de compresión después del tratamiento para ayudar a la recuperación y prevenir la formación de nuevas várices.

¿A dónde puedo acudir para recibir tratamiento para las várices?

Si estás buscando tratamiento para las várices, es recomendable acudir a un cirujano vascular. Este especialista se encarga de diagnosticar y tratar las enfermedades del sistema circulatorio, incluyendo las várices.

Al acudir al cirujano vascular, este realizará un estudio del caso del paciente para determinar el mejor tratamiento. Las opciones de tratamiento pueden incluir desde cambios en el estilo de vida, como llevar una dieta saludable y hacer ejercicio regularmente, hasta procedimientos médicos o quirúrgicos.

Es importante destacar que el tratamiento de las várices puede variar dependiendo del grado de la enfermedad y los síntomas que presente cada paciente. Por eso es fundamental recibir una evaluación y recomendación personalizada por parte de un especialista en cirugía vascular.

¿Cuál es el especialista encargado de tratar las várices en las piernas?

La especialidad médica encargada de tratar las várices en las piernas es la Cirugía Vascular. Este es el único especialista capacitado para evaluar y tratar de forma integral este problema circulatorio.

En la consulta con un Cirujano Vascular, se realizará una evaluación exhaustiva de la circulación de las piernas. El médico preguntará por los síntomas y antecedentes médicos del paciente, como el dolor, la hinchazón, los antecedentes familiares de várices, entre otros. Además, realizará un examen físico detallado, en el cual se evaluará la circulación de las piernas, la presencia de várices, la existencia de úlceras o cambios en la coloración de la piel.

Una vez establecido el diagnóstico, el Cirujano Vascular determinará el tratamiento más adecuado para cada paciente. Esto puede incluir desde medidas conservadoras, como el uso de medias de compresión y cambios en el estilo de vida, hasta tratamientos más invasivos, como la escleroterapia o la cirugía de várices. En algunos casos, puede ser necesario realizar estudios complementarios, como ecografías o flebografías, para evaluar la extensión del problema y planificar el tratamiento de forma precisa.

¿Qué es la microespuma para tratar las várices?

El tratamiento con microespuma es una técnica utilizada para tratar las várices, que consiste en la inyección de una sustancia llamada polidocanol en forma farmacéutica de microespuma en la vena afectada. La microespuma desplaza a la sangre y permite tratar selectivamente la pared interna de la vena varicosa, provocando su cierre y transformándola en pocos meses en un cordón cicatricial por el que no circula la sangre.

El polidocanol es un esclerosante que produce una reacción inflamatoria en la pared interna de la vena, generando una fibrosis y obstrucción de la misma. Esto conduce a la desaparición de los síntomas y mejora estética de las várices. Es un tratamiento mínimamente invasivo, que se realiza de forma ambulatoria y no requiere anestesia general.

La microespuma es administrada mediante una pequeña aguja, que se introduce en la vena varicosa bajo control ecográfico. La cantidad de microespuma y la presión de inyección son ajustadas según las características de cada paciente y la gravedad de sus várices. Después de la inyección, se realiza una compresión local para mejorar la eficacia del tratamiento y reducir los posibles efectos secundarios.

En general, el tratamiento con microespuma es muy bien tolerado y no suele producir molestias importantes. Puede haber cierta sensación de ardor o picazón en el lugar de la inyección, pero desaparece rápidamente. Es normal que aparezcan hematomas o pequeñas manchas en la piel, que deben desaparecer en unos días. Se recomienda usar medias de compresión durante unos días después del tratamiento para favorecer la cicatrización y prevenir la formación de nuevas várices.